Hola, aquí estoy de nuevo escribiendo, había "olvidado" un poco el blog, pero lo importante es que volví, y hoy vamos a hablar de un tema que desde hace mucho tiempo debía, es sobre personas muy importantes de la Iglesia, sacerdotes y monjas.
Yo soy una persona muy católica, que toda mi vida he tenido relación con los sacerdotes, pero en estos últimos trece años de mi vida he tenido relación con una congregación de religiosas, con las que estudié mi bachillerato, y es de esa experiencia (muy personal) que quiero hablarte.
Como cristiana católica que soy, reconozco que ninguna persona en el mundo es perfecta, ni siquiera los sacerdotes y las monjas, porque al igual que yo, son seres humanos, la diferencia es que están desempeñando actualmente una misión diferente a la mía.
Los Sacerdotes son hombres que se esfuerzan día con día para atender al pueblo, con sus problemas e inquietudes. Para mí, ellos tienen el deber de representar el amor del Buen Pastor, y son capaces de hacerlo sentir a quienes lo rodean. Ellos son mis amigos y los quiero mucho, especialmente a un sacerdote, ya que ha sido muy lindo conmigo, y los laicos que estamos en las buenas y en las malas somos su nueva familia.
Las Monjas son mujeres amorosas, que se entregan de corazón a su vida religiosa, cuando realmente están convencidas que su vida gira en torno al Señor, lo dan todo por el todo. Para mí, ellas representan el amor de la Virgen María, la dulzura, y la ternura. Son mis grandes amigas y las quiero mucho, porque para ellas, su nueva familia somos las personas laicas que estamos en las buenas y en las malas.
Ellos y ellas son personas como todos los seres humanos, pero son quienes me guían siempre por el camino del bien, por el camino de Dios y la Virgen María, ya que me aconsejan, y están conmigo en las buenas y en las malas, dándome esperanza cuando siento que ya no hay.