Hola, hoy vengo con un tema muy bonito, que espero te intereses mucho al leerlo porque es una historia muy bonita que viví el ciclo pasado, es decir de febrero a junio, de parte de la Universidad donde estoy estudiando.
Como sabes, estoy estudiando Psicología, una carrera muy bonita porque ayuda a los demás a ser mejores personas. La experiencia que te quiero compartir fue práctica, la materia se llamaba Salud Mental Comunitaria, y tuve la oportunidad de trabajar con niños.
El tiempo de la Comunidad era los sábados de nueve a once de la mañana, era a veces un tanto difícil porque lo niños estaban muy inquietos y distraídos. Llegaban a veces cansados, con sueño. Lo que más les gustaba a ellos y también a mí era bailar. Disfruté tanto esa experiencia, también me gustaba que cuando me decían algo me decían "Seño". "Seño mire...", "Seño fìjese que..."
Los niños son los seres más puros y sinceros, que nos regresan con creces lo poquito que hacemos con ellos, nos dan mucho amor y lo que aprendí de ellos es que hay que ser conformes con lo que tenemos, ya que ellos con lo poco que poseen son felices y no se complican tanto como nosotros.
En medio de tanta alegría y tanto amor de los niños, siempre hay experiencias malas, yo la tuve con una de mis compañeras de grupo, pero también aprendí a no fijarme en lo malo cuando todo a mi alrededor es lindo, a esas experiencias malas no hay que darles importancia.
He decidido dedicarme a trabajar con niños en el área educativa, el próximo ciclo empezaré con prácticas en dicha área, porque realmente trabajar con niños es muy lindo, y sentirse querido, hace bien para el alma. He aprendido a amar más a los niños.
Como consejo que te dejo es que en la vida no te fijes en las cosas malas, no te llenes de malos sentimientos. El odio no te hace bien, los malos deseos hacia alguien nos enferman físicamente y también espiritualmente. Siempre comunicate con Dios para no alimentar cosas que ensucien tu alma, como desearle la muerte a alguien.
Como consejo que te dejo es que en la vida no te fijes en las cosas malas, no te llenes de malos sentimientos. El odio no te hace bien, los malos deseos hacia alguien nos enferman físicamente y también espiritualmente. Siempre comunicate con Dios para no alimentar cosas que ensucien tu alma, como desearle la muerte a alguien.
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